Nos perdimos al encontrarnos.
¿Nos encontrábamos ya perdidos?
¿Cómo íbamos a encontrarnos,
si nunca nos buscamos?
Bueno,
estamos aquí,
ante otro maravilloso caso,
donde el que no busca encuentra.
¿Fuimos hechos para mezclarnos?
¡¿Qué importa?!
¿Qué le importará al sol
si nosotros disfrutamos de su luz?