martes, 15 de enero de 2013

El apocalipsis sólo se retrasó unos días

Venta de entradas frustradas para el recital de Ale Sanz





Para leer el siguiente texto es necesario que sigan el video atentamente como se lo indica.


Minuto 0: Periodista furtivo de los que están cuando la sociedad los requiere, preparado para cagarse de risa largo y tendido sin que lo noten.

0:09: Desde la 1 de la madrugada, oyeron bien.

0:11: - ¿Y, qué esperan?
- ¡¡¡Que alguien me la pongaaaa!!!Entradas…

0:19: - ¿Y del recital que esperan?
- ¡Que Ale Sanz se seque el sudor con la chabomba que le voy a tirar, exactamente la misma que estoy usando desde la 1 de la madrugada! Lo mejor…

0:28: Tener la entrada number one le dará sentido a todos mis cuarenta años hasta aquí desperdiciados.

0:55: ¡Para todos los gustos eh! Para llenar 7 tomos de sociología avanzada.


1:02: Era cuestión de tiempo para que al flaco que está haciendo la fila pase un macho indignado y le rompa la nariz.

1:09: Aquí la gente con problemas de digestión abandona el video. Los que tenemos más estómago, continuamos…
Pensar que estas amas de casa desesperadas respiran en la misma ciudad que nosotros; exhalan dióxido de carbono que procesara algún pobre árbol y lo devolverá al ambiente en forma de oxígeno para que algún infortunado, como pudiéramos ser nosotros, lo respiremos.

1:30: Acá viene lo heavy.

1:35: Uh…

1:41: La “Number One” ve pasar toda su vida frente a sus ojos. Lamenta no haber traído la pastilla de cianuro. Los minutos hasta que llegue a su casa y pueda finalmente suicidarse, serán de una angustia insoportable. Lamentablemente, ningún buen samaritano que circule por Sarmiento pega un volantazo para arrollarla cual vaca en la ruta. A ella y a toda la manada que la secunda, porque si observan la cara de las de al lado están procesando el mismo inabarcable dolor interno. La de azul, por ejemplo, en un fuera de contexto pareciera sufrir la muerte de su más querido amigo, tapando su boca para no lanzar un grito gutural de dolor.

1:45: Señor de camisa a cuadros: “¿Acá se paga el TGI?”

1:48: - Sé que algunas que están portando dinamita desde la noche como la malcojida ésta vos…

2:02: La que pregunta por las tarjetas. No tengo nada para agregar. Es la primera vez que veo a un cuasi adulto haciendo ese puchero. Además no tiene ni tarjeta ni efectivo, ¿a qué carajo fuiste?, ¿a ver si caía Ale Sanz, se enamoraba de tus hermosos ojos y te regalaba un VIP con visita al camarín?
 
2:10: Una señora menos conchuda pregunta, para qué carajo le preguntas, conchuda, si no lo vas a dejar hablar.
 
2:11: Momento épico y sólo para observadores de gran talla como su servidor. Presten atención al detalle: la “Number One”, sutil pero a la vez asertiva, coloca su brazo izquierdo en la manivela del local, en un claro gesto intimidatorio tanto para el frente como para la retaguardia, que parece estar diciendo: “Yo soy la primera, y el que tenga huevos que intente moverme de acá… ¿OK?
 
2:16: Trabajadora de Music Shop filma desde adentro el exquisito revuelo que se arma afuera.
 
2:24: Desde que murió Sandro, Ale Sanz acaparó a gran parte del público gerontológico.
 
3:02: La cara de la “Number One” cuando el señor pregunta: “Ustedes saben en qué orden estaban” ¡Las pelotas saben el orden! Yo soy la primera, el resto que arda en el décimo círculo del infierno.
 
3:12: la “Number One”, cual policía con Handy en la mano, parece dar alguna directiva a otra igual de malcojida fanática de Ale como ella.
 
3:21 – 22: Observamos más público sanzista masculino. El varón de colorado hace un gesto típicamente canalla, quien les escribe lo conoce bien, ese de llevarse la mano a la frente con total frustración, como diciendo: “¡Qué manera del orto de comenzar la semana!”. Porque entre esto, y que Central pierda un lunes a las 17 contra Sarmiento de Junín, no hay diferencia.

3:40: “Me parece que acá no se paga la TGI”.

3:50: “Off… ¡mamaaaaaaaaa!”

4:02: “A ver que se me va el trole ¡argoyuda!”

4:15: - E mucha responsabilidá para vo… Ningún estadista en la historia de la civilización ha cargado con mayor responsabilidad en sus hombros.

5:00: Hay personas que trabajan manga de inútiles.


En fin camaradas. Aquí concluye mi humilde descripción, completamente objetiva y carente de malas intenciones.

Un avance para la causa feminista.-