SANTA INQUISICIÓN... el boletín cristiano de Noti'n Teresa

Los homosexuales están ganando la guerra.
(O, "Sólo una ley enferma reivindica a personas enfermas")

La sociedad ha caído un paso más en su abismal viaje sin vuelta al averno. Esta semana ha sido aprobado el matrimonio entre homosexuales por los degenerados del congreso. Otra derrota para la familia argentina sana, celadora del bienestar público y seguidora del Señor. Todo asegura que nuestra sociedad va a seguir corrompiéndose a partir de este catastrófico paso que se ha dado. Todo indica que el apocalipsis ya se ha empezado a desencadenar y la aparición de los cuatro jinetes es inminente.
Es un hecho así consumado que la dictadura homosexual ha comenzado ahora su etapa más violenta. Aquellos iluminados días en que el puto era el enemigo por excelencia parecen estar desapareciendo. Ya ni siquiera podemos contentarnos con el mínimo consuelo que significa que se escondan, que nieguen sus relaciones, que las mantengan bajo el tapete, que sientan culpa, la sana culpa cristiana que generalmente lleva a estos enfermos corderos desviados del rebaño al suicidio.
Así es. Esos días han terminado. Ahora las personas de bien tenemos que soportar que estas "locas" nos bailen y canten en la cara, con sus ropas brillantes, que nos refrieguen sus miembros viriles ya inútiles por la cara, que festejen su corrupción mental y física.
Lamentablemente, aquí no terminan nuestros males. Es una obviedad que, envalentonados por este "reconocimiento", los putos (palabra que ahora utilizan contentos para describirse) vienen por nosotros. Como ya ha pasado en otros países donde se ha aceptado legalizar esta aberracion contra la naturaleza, las catástrofes se seguirán ahora continuamente, como nos comenta el Diputado por la Democracia Cristiana, José Sacramento: "Ahora van a atacarnos fenómenos tan conocidos en otros países corrompidos por esta ley como la lluvia de putos, la abertura de ojetes -de afuera para adentro- obligatoria y la huelga de las locas". Ampliando sobre el tema, hasta ahora tan desconocido que era para nosotros, gracias a Dios, el diputado nos explica cada uno de estos fenómenos: "La lluvia de putos es una combinación de sucesos climáticos con elementos anormales flotando en el ambiente de una sociedad, así cada dos por tres en vez de llover agua, como en los países normales, llueven putos... Y en bolas." En cuanto la huelga de las locas, tal vez uno de los crímenes más extraños que trae aparejada esta situación, Sacramento dice que es totalmente distinto al paro que acá conocemos, o al paro a la japonesa (producir sin parar para generar superproducción), "Acá el paro es una orgía desenfrenada. Los tipos van a laburar, pero lejos de parar o producir, cojen como conejos adelante de todos".
En cuanto a la sodomización forzosa, es un tema harto conocido. Haber aprobado la ley del matrimonio homosexual les da piedra libre para avanzar en un torbellino de violaciones sin precedentes. En pocos años, cada ano que no haya sido penetrado con o sin consentimiento, será un criminal social. Un reo. Un enemigo. Esta gente está enferma, y se le ha dado el derecho de que nos enfermen a nosotros y nos conviertan a su perversa secta. La vocera del sano pueblo cristiano y los valores de la familia, Mirtha Legrand, lo expresó de manera magnífica, en un almuerzo cuando le pregunto al sodomita de Roberto Piazza: "La pareja de homosexuales, si adoptan un chico, un varón, como tienen inclinaciones homosexuales, ¿no podría producirse una violación?". La Señora de los Almuerzos expresó con su notable sutileza lo que todos pensamos: "Estos putos van a culiar a todos los pendejos del país. ¡Párenlos!".
Como si ello fuera poco, esta escandalosa ley no solo destruirá por completo la demostrada benevolencia de una familia con papá y mamá como Dios manda, también se llevará el infierno de la mano a los demás elementos del sistema. La economía sin ir más lejos, no está preparada en este país, ni en ningún otro país del mundo cristiano sometido a las leyes divinas, a soportar las devastadoras consecuencias. Para profundizar en el tema entrevistamos al Director de la Facultad de Economía de la UCA, el Licenciado Santogrial, quien, en relación con lo que nos contó el Diputado Sacramento, dijo: "La primer lluvia de putos va a ser devastadora. Más de la mitad de la población va a ser diezmada a través su ano. No disponemos de la infraestructura para que el pueblo libre y normal se proteja de las violaciones que caerán del cielo". En cuanto a esa misma infraestructura, el economista agregó: "Para empezar ninguna casa tiene el techo conectado al 220 para electrocutar a cada puto que caiga del cielo. Tampoco tenemos ninguna fábrica de paraguas anti-rotura de ortos... E importarlos sale un ojo de la cara. Todo se va a ir a la mierda".
El Licenciado Santogrial, con loable valentía, fue más allá y se animó a denunciar: "Pocos saben lo que acá está pasando. Esta violenta dictadura homosexual además de dar rienda suelta a sus bajos instintos morbosos, sale económicamente ganando. O vos te pensás que no arreglaron con los proctólogos de todo el país. Con la inédita cantidad de rotura de anos que se va a dar en el país, los proctólogos se van a hacer millonarios... Y otro tanto con la Presidenta, esa tortillera que ya empezó a mostrar la hilacha".
Otro tema que preocupa es la salud, es innegable la profusión, sin parámetros en la historia, que se va a dar de enfermedades de transmisión homosexual -generadas por el mismísimo Lucifer, a través de sus siervos, los putos- como el SIDA, la gonorrea, la sífilis, y el comunismo.
Aceptémoslo, la lucha por la defensa de la sociedad saludable, justa, y bajo la luz guía del Señor, ha sufrido un gran revés. Seguramente fatal. Son ellos, los enfermos sodomitas, poseídos, violadores, perversos, psicópatas, e innumerable cantidad de calificativos; contra nosotros, defensores de la familia, los valores puros y cristianos, y el bienestar público. Son ellos y vienen contra nosotros. Y ya empezaron a ganar, a partir de ahora podemos sentarnos y esperar a las generaciones de niños homosexuales, desviados y enfermos, que fomenta esta desgraciada ley.