¿Y por qué la ciudad nunca calla?
Porque nadie quiere oir su silencio de muerte...
El silencio de vida sopla con el viento alto,
seco y solitario.
Donde la luz de sol baña de frescura;
y bebemos de ella,
y calma la sed.
La ciudad, distinta del silencio,
nada tiene para decir,
por eso nunca calla.
Pero cuando lo hace,
llena el espíritu de vacío:
y el más miserable
se vuelve el alma más rica.
(Nada es eterno;
excepto nada)
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