jueves, 22 de diciembre de 2011

El oficio

Justo choqué con uno de los sanos.
Farfullaba sin despegar los dientes.
Lejos de entender, sentí lo que decía.
Que existencia más repugnante:
confundía mundo con sistema.

Nosotros, los enfermos,
consideramos sacrílegas tales palabras.
La vida empieza con la muerte;
contra ellas sólo se pueden dos cosas:
amarlas.

2 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Hermètico, por lo menos.

Feliz navidad.

Un abrazo.

Matías dijo...

"Que existencia más repugnante:
confundía mundo con sistema."

Se acabó, denle a ese hombre los 10 mil dólares!