sábado, 5 de septiembre de 2009

Teorías alternativas sobre reproducción

En estos días no puedo evitar seguir mi espíritu de investigador, he volcado mi sagacidad y curiosidad hacia un fenómeno cotidiano: El hombre, su vehículo y la mujer. Así, como buen profesor sacrificado a la enseñanza de seres inferiores como son todos ustedes, les dejaré mis magnánimas conclusiones, de manera concisa.

El hombre ya no vuelca su líbdio directamente sobre el sexo opuesto (o el mismo, es indiferente), lo hace primeramente hacia su vehículo, como intermediario, cuando no a su notebook o celular. Pero centrémonos en el vehículo, sea automóvil o motocicleta el mismo.
Realmente no sé cual es la idea que el hombre se hace sobre los gustos de la mujer. El masculino cree que el sexo opuesto muere extasiado por el ruido, el humo y las luces. Dialogando con un doctorado compañero llegamos a una reveladora conclusion:

La mujer tiene un clítoris en el oído.

O al menos eso creen estos corredores de carreras, oh! magnánimos conductores. De otra manera no se explica. Estemos atentos dos minutos y estos muchachones, encaran a toda velocidad, pero, al divisar un femenino bajan la marcha y, de alguna extraña manera logran que su vehículo lance un ruido espantosamente atronador.
Obviamente el 99 por ciento de las veces el cortejo no funciona. Pero no se dan por vencidos!
Al ruido le suman miles de lamparas, lamparitas y lamparones que colocan en partes ininteligilbes de su coche o moto. Uno no sabe si viene la policía, una ambulancia, un ovni o una calesita que se desprendió de su eje por la avenida, pero sabe que algo extraño viene, y he alli que el macho motorizado logra su cometido: ser visto.
Imposible no hacer una comparación con National Geographic, el ritual de apareamiento de estos meteóricos sujetos es totalmente paralelo al ritual del cortejo del pavo real a su hembra o cuanto mucho el chimpancé (obviamente no llega a ser tan sutil como el de estas especies). Entre el hipopótamo que defeca sobre si mismo para atraer a la hembra y el hombre que pone 4 caños de escape en su Fiat 147 sólo hay una diferencia: la tecnología. Si, esa capacidad que han desarrolado sus antepasados homo hábilis para construir herramientas.

Así concluyo mi teoría sobre la evolción (o involución) de los riatuales y cortejos de apareamientos de la especie humana (y no tan).

No lo olviden, alejense del clítoris, el punto G se encuentra ahora en el tímpano.

herr professor...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

a mi me gusto, como hago para calificarro bueno??? jaja

carrrrrrrrr

Anónimo dijo...

tu machismo me aburrió

Herr Professor dijo...

he alli una persona que no entiende la ironia!

Anónimo dijo...

Ahora lo leí y me parece que yo tengo un clítoris en el oido (?)

(no, seguro que no. Tenés razón las ideas sobre el cortejo han involucionado notablemente. Necesitamos piropeadores cavernicolas)

ana güititi dijo...

Piropeadores es una palabra graciosa

Unknown dijo...

jajaja concuerdo con lau.
y me gustaria que alguien le diga a esos señores que identifiquen antes a las mujeres que tienen el clitoris en el oido asi no atormentan a las que no.

Anónimo dijo...

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